Taller de las Emociones

ÚLTIMA EMOCIÓN

En esta ocasión hemos trabajado la emoción de la sorpresa.

Comenzamos a hacerlo a través del protagonista del cuento de nuestro último cuaderno de trabajo: un duende. ¡Mirad qué sorpresa tan grande nos llevamos cuando una mañana llegamos al cole y se había escondido entre nuestras plantas!


Como nos sorprendimos tanto con el duende, nuestra profe nos dio uno a cada uno para que nos lo llevásemos a casa y pudiéramos darle una sopresa muy grande a nuestra familia.



Además, hicimos un trabajito en el que nos dibujamos a nosotros mismos con el duende, y pusimos encima una cartulina para esconder nuestro dibujo. Porque así cuando levantamos la pestañita... ¡¡¡sorpresa!!! ¡Un dibujo precioso!


Y para finalizar, pedimos a nuestros papás y mamás que nos ayudasen a hacer un personaje de cuento. Lo metimos en un sobre y lo llevamos al cole. Los repartimos entre todos y fuimos abriendolos por parejas. ¡Mirad qué sorpresas tan chulas nos fuimos llevando! Porque todos los personajes de cuento eran estupendos y nos encantaron.

Así terminamos de aprender lo bonito que es sorprender a los demás con cosas bonitas y que nos soprendan a nosotros también. ¡Genial!









 

Por otro lado, los de cuatro años nos fuimos a IMgeniolandia y nos preparamos para trabajar una nueva emoción.

Primero estuvimos hablando de ¿Qué es el enfado? y ¿Por qué y cuándo nos enfadamos?

Después vimos un cuento "Nuria y las botas de agua" y descubrimos porqué estaba enfadada Nuria y cómo se contentó después. Así, pusimos caras de enfadados todos.


Además hicimos unas actividades en la pizarra digital.


En la clase ya, nos hicimos cada uno nuestra careta del enfado.

Después nos pusimos la careta y decidimos que no nos gusta nada estar enfadados.


Y llevamos todas las caretas al rincón del enfado.


 

Los mayores trabajamos la emoción de la VERGÜENZA. Como estaba llegando la fiesta del cole, resulta que encontramos un cuento que hablaba de un niño que estaba preparando la fiesta del cole como nosotros pero, no quería participar porque le daba mucha vergüenza bailar y se ponía rojo.

Así, nos pusimos a hablar y resulta que ¡a casi todos nos dan vergüenza las mismas cosas! ¡¡y no lo sabíamos!!

Nos pareció muy gracioso, como en el cuento, pintarnos la cara de rojo para compartir las vergüenzas con todos.


Y así estuvimos todo el día... haciendo todas las actividades con "vergüenza". 

Primero hicimos un juego muy divertido que trataba de esconder a personas que tenían vergüenza en sitios raros.

Después escribimos el cuento a nuestra manera,

Lo leimos y releimos ¡Nos gusta tanto!

Y, por último, hicimos un cuento como el del cole pero de cada uno de nosotros que se tituló "las vergüenzas de...". Allí pusimos cosas como: hablar con los amigos de los papás, darle besos a las vecinas o conocidos de los mayores, hablar con las personas que vienen a los negocios de los papás, bailar y cantar con gente que no conocemos, salir a la pizarra,...


Mil cosas que a veces, hay que hacer pero que, a partir de ahora, será un poquito más fácil porque recordaremos que a todo el mundo le pasa lo mismo.

¡¡Hasta la próxima!!



QUINTA EMOCIÓN

En esta ocasión los peques hemos trabajado la tristeza. Todos nos ponemos tristes alguna vez y es importante saber por qué nos pasa y qué cosas se pueden hacer para volver a estar contentos.

Por eso, estuvimos trabajando sobre un mural de unos niños que estaban en un parque. Unos muy tristes, otros muy contentos... ¿Por qué están así? ¿Qué les ha pasado? ¿Cómo les ayudaríamos si estuviéramos con ellos en ese parque?

La verdad es que lo hicimos genial y decidimos entre todos que las mejores cosas para dejar la tristeza a un lado son los abrazos, los besos, las cosquillas, jugar...


Otro día hicimos una marioneta súper chula. Picamos dos caritas, una triste y otra contenta, y las pegamos una sobre otra con un palito en medio. ¡Mirad qué genial nos quedaron!


Las marionetas eran para seguir reflexionando sobre la tristeza. Nuestra profe nos iba diciendo frases como "Imaginaros que alguien se enfada mucho con vosotros" o "Qué pasaría si llovieran chuches del cielo" y nosotros teníamos que poner la cara de la marioneta triste o contenta según la frase. ¡Aquí hay algunos ejemplos de lo bien que lo hicimos!




Y todo esto nos gustó tanto tantiiiiisimo, que nos llevamos nuestra marioneta para casa. Así podemos seguir jugando y aprendiendo con ella, identificando momentos tristes y alegres.

Pero... ¿sabéis? Es mucho mejor la alegría y la cara sonriente... ¡cómo estamos nosotros siempre en el cole! ¡Así de guapos!







Los de 2º de Infantil hemos trabajado la tristeza a través de un cuento muy chuli "El gigante egoista". Así como veis aquí, nos fuimos a la pizarra digital a ver el cuento.



 

y... ¡Mirad qué tristes nos pusimos!


¡Qué no! Es una broma, es solo para que veáis cómo reconocemos la emoción y cómo sabemos expresarla.
Además, hicimos muchas actividades en la pizarra pensando y observando qué personas están tristes y por qué.




Después de esto, nos pusimos a pensar cuándo hemos estado tristes y con todo lo que nos salió hicimos un gusano de la tristeza. 





¿A que nos quedó muy chuli y estamos muy guapos? 




A los mayores no ha tocado trabajar "el enfado". Nuestra profe nos enseñó un cuento en el que un pastor dice mentiras y sus vecinos del pueblo se enfadan muchísimo con él. Nos gustó un montón.


Cuando nos lo aprendimos y pensamos en las consecuencias de decir mentiras y en la razón que tenían los vecinos para enfadarse con el niño, nos fuimos a IMgeniolandia. Allí, buscamos personas enfadadas y situaciones que a nosotros nos hacen enfadar. Después de esto, pensamos soluciones para poder ponernos contentos otra vez, ya que, como hemos visto a lo largo del curso, casi todo tiene solución.





Nos pusimos a expresar estas emociones con nuestra cara,...



... y con nuestras manos



Pensando y pensando, decidimos que los mayores muchas veces están enfadados,... y se nos ocurrió... ¡Pedirles a nuestros papás y mamás que nos ayudaran a hacer caretas! Sí, unas caretas súper chulis que nos ayudaron a representar teatros sobre enfados y desenfados.
Nos quedaron genial




Y mientras unos equipos hacían la actuación, el resto aplaudía y aprendía.






¡Somos unos actores estupendos y un público muy generoso! 

Hasta la próxima familia

 

 

CUARTA EMOCIÓN

En esta ocasión hemos trabajado "el miedo". Lo hicimos a través del cuento de Caperucita Roja, en el que Caperucita tiene mucho miedo del lobo porque se la quiere comer. A partir de ahí cada uno contamos nuestros miedos y la profe nos los trajo convertidos en imágenes junto al "Señor Miedo".


Pusimos dentro de su barrigota todas las cosas que nos dan miendo y dejamos fuera las cosas que no dan miedo. Así todos los miedos estarían atrapados y no podrían salir para darnos miedo más.







Otro día recordamos el cuento de Caperucita y representamos las caras de miedo que ponía la protagonista. 





Además, para terminar de espantar del todo al Señor Miedo, aprendimos y repetimos esta pequeña retahíla: 
Y así... después de varios días repitiéndolo, al final nuestra profe se marchó con el Señor Miedo y todos nuestros miedos dentro. Se lo llevó para tirarlo a la basura... ¡Bien! ¡Así esos miedos nunca volverán a nosotros! ¡Adiós a los miedos! 


Siguiendo con las emociones, esta vez los niños de 4 años hemos trabajado la vergüenza. Para trabajarla, fuimos a IMgeniolandia a ver el cuento "¡Fuego en el bosque!". Era de un pajarito muuuy vergonzoso, que al final lo superó y con ayuda de su amiga la ardilla consiguieron salvar el bosque del fuego.


Después hicimos en la pizarra digital una actividad donde teníamos que ayudar a una niña a encontrar el camino para superar su vergüenza.

Y... ¿sabéis qué? Que luego algunos explicamos qué cosas nos habían dado vergüenza alguna vez y lo contentos que estábamos después de superarlo.

Luego, explicamos que mensajes se transmitían en el cuento.


Y al final, hicimos una cosa muy divertida. Nos convertimos en actores ¡qué vergüenza!, y otros en público, y reprensetamos el cuento. Al principio a algunos nos daba un poquito de vergüenza, pero luego nos lo pasamos genial y fuimos unos actores y un público estupendos.



En la clase de los mayores hemos trabajado una emoción muy divertida: la sorpresa. 
Así, comenzamos leyéndonos un cuento nuevo sobre Flo, un pingüino que vivía solo en el Polo Norte y decide ir a dar una sorpresa a su familia del Polo Sur. 

Este cuento, es muy chuli porque está todo todo todito fabricado con material de reciclaje. Además, nos enseñó a dar una vuelta al mundo desde arriba hasta abajo.

Tanto nos gustó, que decidimos fabricarle una casita (que en los Polos se llama Iglú) como la que aparece en el cuento utilizando periódicos, bolsas de basura y de supermercados y pegatinas que nos sobraron de otros trabajos.


Peeeeero.... ya sabéis que nos gusta siempre pensar y pensar y... en estas reflexiones sobre lo divertidas que son las sorpresas, lo mucho que nos gusta que nos den sorpresas (pero de las buenas, porque hay otras sorpresas que son malas que las llamamos sustos), lo genial que es muchas veces lo inesperado,... hablando sobre cuándo nos dan sorpresas, cómo, quién... se nos ocurrió ¡DAR UNA SORPRESA A TODOS NUESTROS COMPAÑEROS!
Así, manos a la obra, con ayuda de nuestras familias, en casa fabricamos cosas para dar una sorpresa a nuestros compis y a la profe. La única indicación que debíamos seguir fue: estar hecho por completo de material de reciclaje (como en el cuento). Al principio fue un poco difícil pero, poco a poco nuestra creatividad empezó a volar y podéis ver qué cosas tan maravillosas realizamos.















Todos quedamos tan sorprendidos que se nos quedó la boca abierta. Había de todo: juguetes, disfraces, adornos, material de escritorio,... Y los más bonito de todo, lo que más más nos encantó fue contarles a los compis cómo lo habíamos hecho y con quien. Tan genial quedaron que se los enseñamos a todos los compis de Infantil.

 
Para reflexionar sobre todo lo que hemos hecho, realizamos dibujos súper chulis con todo el proceso como evaluación del taller y también, realizamos en plasti las sorpresas que más nos han gustado.



Esperamos que os haya gustado mucho ¡HASTA LA PRÓXIMA FAMILIA!


 

TERCERA EMOCIÓN

Los peques de 1º de Infantil hemos trabajado en esta ocasión el cariño. Estuvimos recordando los momentos en los que llegamos la cole, y como poco a poco nos hemos hecho todos amigos y nos queremos un montón.

Además, hay alguien que siempre ha estado con nosotros desde entonces... ¡Ali! Ella también es nuestra amiga y nos cuida muchísimo, así que decidimos realizar un mural para demostrarle todo nuestro cariño.

Y así lo hicimos. Nuestra profe dibujó su silueta y todos fuimos poniendo la huella de nuestra mano. Nos quedó genial y estábamos súper contentos.

 

Al día siguiente, cuando ya estaba seco, lo colgamos en el pasillo para que todo el mundo pudiese ver lo chulo que nos quedó y lo bien que trabajamos juntos.

 

Además, hablamos de lo importante que es demostrarle a nuestra familia, amigos... el cariño que les tenemos y lo mucho que les queremos. Y pensamos que una de las mejores maneras es dando besos y abrazos. ¡A nosotros nos encanta darlos y recibirlos! Así que decidimos dárselos también a Ali. ¡Cuánto la queremos!







Los compis de 2º de infantil hemos trabajado el miedo. Primero aprendieron el cuento de "El lobo y los siete cabritillos" para sentir el miedo que experimentaron los pequeños cabritillos y su mamá.


Después, entre todos realizaron "El libro de los miedos". Cada uno, explicó a sus compañeros uno de sus miedos. Después de haber escuchado, dibujaron un miedo en un folio y explicaron de nuevo el porqué al resto.


Así, entre todos nos quedó este libro tan genial que podemos ver siempre que queramos.

 

Por útltimo, los mayores, hemos trabajado una emoción muy complicada hasta para los más mayores: la tristeza.

Primero, leímos un cuento entre todos. El cuento de la princesa Margarita a quien su papá, por un malentendido, la echó de casa y eso hizo que la pobre princesa sufriera una gran tristeza pero, pronto encontró una solución.

Una vez leído, nos pusimos a pensar y pensar y... ¡casi todos los días tenemos unos segundos de tristeza! unas más grandes que otras, claro. Por eso, hicimos un trabajo en la pizarra digital de niños como nosotros, que se ponían tristes y les ayudabamos a volver a ser felices (que estás solo, juego contigo; que te caes, te ayudo a impiarte;...)


Después de esto, nos pusimos a reflexionar sobre nuestras tristezas, algo que nos resultó bastante dificil porque, a veces, se parecen mucho a los miedos. Pero, juntos pudimos diferenciarlas y jugamos a un juego. Un compi decía algo triste y entre todos, buscabamos una solución para ponerle contento de nuevo. 

Como nos lo pasamos tan genial, decidimos hacerlo en casa también. Con nuestras familias, recordamos un ratito que hubiesemos estado muy muy tristes y cómo, con su ayuda, nos habíamos puesto felices. Por ejemplo, cuando se van los papás y las mamás a trabajar, cuando nace un primo nuevo que creemos que nos dejan de querer, cuando se nos pierde un juguete, cuando alguien se enfada con nosotros, cuando nuestros abuelos se van al cielo,... 





... Y descubrimos que siempre siempre hay alguien que nos ayuda. Los papás y las mamás siempre vuelven del trabajo, siempre encontramos lo que perdemos, nuestras familias siempre nos quieren mucho aunque haya miembros nuevos,...

Así de bonito nos quedó nuestro mural de las tristezas. Además, hay veces que solo de recordar el momento triste ¡Nos vuelve la emoción! Menos mal que siempre hay familia y amigos para apoyarnos.

Otro día, como nos lo habíamos pasado tan bien, decidimos hacer un dibujo súper chulo de cómo la princesa volvió a ser feliz.

No queríamos despedirnos de vosotros sin enseñaros que aunque seamos pequeños y nos sintamos tristes muchas veces,... sabemos todo lo que nos queréis y por eso lo hemos reflejado en este trabajo. 

¡Son unos dibujos muy divertidos! y tienen todos un sentido. ¿Hacemos un juego? ¿Sabéis cómo creemos que nos queréis vosotros? ¡Adivinad de quién es el dibujo! ¡Espero que lo sepáis pronto!

Hasta la próxima familias.


SEGUNDA EMOCIÓN

Los peques de 1º de Infantil hemos trabajado en esta ocasión la alegría. Y es que los niños... ¡estamos siempre alegres! Pero queríamos aprender más sobre los motivos por los que nos podemos poner alegres.

Por eso empezamos leyendo el cuento "El caracol y la hierba de poleo". El pobre caracol tenía un dolor de tripa muy grande, y quería arrancar una hierba de poleo para hacer una sopita que le curase. Pero él sólo no podía, así que fueron apareciendo varios personajes que le ayudaron. Al final lo consiguieron entre todos y se pusieron ¡súper alegres!

Nosotros, escenificamos los personajes del cuentoponiendonos en filita y tirando unos de otros para conseguir arrancar la hierba.

 

Otro día, nuestra profe nos repartió al azar nuestros carnés de la biblioteca y estuvimos viendo qué caras teníamos en la foto. Vimos quien estaba contento el día de la foto, quien parecía un poco enfadado... e intentamos adivinar por qué. Fue muy divertido. Además, llegamos a la conclusión de que es mucho mejor estar alegres y tener una gran sonrisa porque... ¡estamos mucho más guapos!



Por último, hicimos un trabajo súper chulo que se llamó "El caracol de la alegría". Picamos nuestro caracol y le pusimos bolitas de papel de seda. Después, le pegamos un palito por detrás y lo metimos dentro de una cartulina. Nos lo llevamos a casa para compartir nuestra alegría con nuestras familias y para que, cada vez que lo veamos, nos acordemos de lo importante que es estar alegres y mostrar una sonrisa al mundo. ¡Qué viva la alegría!





Los de segundo de Infantil hemos trabajado esta vez la sorpresa. Primero fuimos a IMgeniolandia a ver el cuento de Ricitos de Oro, que se llevaba una gran sorpresa al encontrarse con los ositos. Luego, hicimos una ficha colectiva para aprender que hay sorpresas que nos gustan y otras que no.



Luego, en clase, estuvimos repasando el cuento y escenificando las diferentes emociones que sentía Ricitos de Oro: alegría, sorpresa, miedo...



¡Mirad qué cara de sorpresa tenemos todos en esta foto! Y es que las sorpresas nos gustan un montón... Y hemos aprendido que aunque algunas nos asusten porque no nos las esperamos, es genial sorprender a los demás y que nos sorprendan con cosas bonitas.


Esta vez, los más mayores, igual que los más peques, hemos trabajado la alegría. Sí, ese sentimiento tan bonito que nosotros los niños lo llevamos allí a donde vamos pero que, muchas veces, no sabemos expresarlo con palabras o, se nos olvida, que el resto también tiene sentimientos enlazados a ello.

Por eso, hemos estado reflexionando sobre esto a través de una fábula que todos conocemos, la liebre y la tortuga. Esa en la que la tortuga estaba un poco triste porque se burlaban de ella hasta que descubrió su mejor cualidad, la constancia y el trabajo y gracias a ello ganó y se puso muy alegre. Miradnos aquí como leemos el cuento.

 Así, después de conocer la historia y de ver cómo la tortuga experimentaba la alegría, decidimos imitar sus expresiones para estar seguros de que el resto de personas entienden cómo nos sentimos. Y se nos ocurrió una idea súper chuli ¿y si pensamos tooooodas las cosas y situaciones que nos hacen estar muy alegres? 

 Y manos a la obra, nos pusimos a hacer un mural con todas nuestras cosas. ¿cómo? ¿que qué eran esas cosas? Pues nuestros juguetes favoritos, cuentos, cojines, medallas de competiciones, fotos de momentos con nuestras familias (sobre todo de las vacaciones que es cuando más tiempo pasáis con nosotros), con nuestros amigos, de nuestros cumples, dibujos que nos recuerdan a la Navidad,...



Poco a poco hicimos un mural genial que solo con mirarlo te entraba una Alegría... y sino, mirad nuestras caras.

Lo hicimos tan bien y reflexionamos tanto, que se nos ocurrió hacer una medalla sobre nuestras mejores cualidades como la tortuga, y así sentirnos alegres como ella.

De esta forma tan genial hemos aprendido cómo conocer nuestra alegría y cómo identificarla en los demás.

¡Nos vemos pronto con una gran sonrisa!

 

PRIMERA EMOCIÓN



Vamos a contaros como trabajamos en nuestro taller de las emociones. ¡Lo pasamos en grande y nos ayuda mucho a entender lo que sucede a nuestro alrededor!


Los peques de Infantil, en nuestro primer taller, hemos trabajado el ENFADO. ¿Véis que enfadados estamos todos?

 



Para comenzar a entender esta emoción, empezamos leyendo el cuento de la gatita Minina.

Minina era una gatita muuuuy alegre...


...pero se enfadaba mucho porque no quería ir al cole...

 



...hasta que su mamá le ayudó a entender que no tenía que ponerse así y se le fue pasando un poco...


...y por fin en el cole vió que se lo pasaba en grande y ¡se puso súper contenta!


Como se ve en las fotos, fuimos identificando como se sentía Minina en cada momento de la historia. También hablamos de las veces en las que nosotros nos enfadamos, por qué nos sentimos así, como podemos hacer que se nos pase...

Llegamos a la conclusión de que es mucho mejor estar alegres que enfadados. Y para que no se nos olvidase nunca hicimos un trabajo muy chulo: un cuadro de la gatita del cuento en el que pegamos cartulinas de colores que simbolizan la alegría. ¡Mucho mejor sonreir, porque enfadarse no sirve de nada!




Los niños de la clase de 2º de Infantil estamos muy contentos de volver al cole y por eso la primera emoción que hemos trabajado es la ALEGRÍA.

Primero fuimos a la pizarra digital y realizamos una actividad para darnos cuenta de lo positivo que es estar contentos y alegres siempre.


Además, es genial poder compartir nuestra alegría con los demás.  Y para eso nuestra profe construyó "El buzón de la alegría". Nos explicó que cada uno de nosotros teníamos que traer algo de nuestra casa que nos transmitiera alegría y nos hiciera sentir bien. Así lo hicimos, y fuimos llenando el buzón con nuestras cosas.



Cuando ya lo tuvimos lleno, cada uno sacó lo que había traído y le contó a los demás por qué ese objeto le daba alegría, qué recuerdos tenía de él, por qué le gustaba tanto... ¡Fue genial compartir tanta alegría juntos!





Los mayores hemos trabajado el MIEDO ya que, como somos los mayores, hemos de hacernos valientes y superar esas pequeñas cositas que a todos nos dan un poco de miedito.
Para ello, primero leímos el cuento de Mila y el museo de los misterios en el que había mogollón de cosas feas sobre todo de la noche como por ejemplo la oscuridad, arañas, momias, murciélagos,... pero también, donde descubrimos que entre toda esa oscuridad puede haber algunas cosas bonitas como las luciérnagas, las estrellas,... Por eso, hicimos una asamblea para pensar todo lo que nos da miedo.


Como entre todos nos hicimos un poco valientes, para ayudarnos, decidimos "tirar a la basura todos nuestros miedos" y los de nuestra familia. Así, en casa dibujamos cada uno nuestros miedos como por ejemplo la oscuridad, los animales grandes, la soledad,... y descubrimos que los mayores también tienen miedos como por ejemplo que ¡nosotros nos hagamos daño! (Debe ser que no saben que somos muy fuertes).
Todos juntos, los fuimos contando a los demás porque cuando los compartes, los miedos desaparecen. Los metimos en el saco del miedo y a la basura que los tiramos para que no vuelvan a molestarnos.





Además, decidimos hacer un trabajo bonito sobre la noche y... ¿qué hay más bonito que las estrellas y las constelaciones?


1 comentario:

  1. Gran Iniciativa. Como padre, me parece fundamental seguir profundizando en esta propuesta. No todo en la vida es aprender a leer, a escribir, a contar, a estudiar... La felicidad tiene mucho que ver con la forma adecuada de gestionar nuestras emociones y cualquier apuesta en este sentido es una forma de invertir en el futuro de nuestros hijos.

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